lunes, 20 de febrero de 2012

Tomo soda como un culiado...



Tomo soda como un culiado
porque estoy harto
del vino
de la birra
del fernet
del whisky.
La soda me hace eructar
como un rinoceronte
en celo.
Y acodado en la barra
miro un video
de Buckcherry.
Y pasa esa pendeja hermosa. Sí, ésa.
La de rulitos
con el pelo atado con media cola
y me mira con los ojos delineados
y una remerita negra
larga
y esas calzas que están de moda ahora
todas dibujaditas.
Pero me chupan un huevo las calzas y la remerita
Y vos, ¿qué mirás, ocote?
No te miro a vos, la miro a ella.
Y de repente un clip de Vicentico lo caga todo.
Ah, no, son los Cadillacs. Menos mal que ahí tocaba Minimal
sino se iba todo a la mierda.
Pero pasaste a mi lado y te acaricié la mano.
En realidad te quería tocar el culo.
Pero te diste vuelta y me miraste
con esos ojitos de tigre siberiano.
Tiré el vaso de soda a la mierda, pedí un fernet
grande.
Te invité y me sonreíste. Tomaste un traguito.
Yo agarré la otra pajita y tomamos ese fernet
como en La Dama y el Vagabundo
cuando se morfan el plato de tallarines.
Pero no había un acordeón
sonaba The Clash
y pienso en Londres prendida fuego
como vos y yo
en la cama
en el piso
en el sillón
en el baño
mordiéndote la boca
esa boquita de Ferrero Rocher
enredándome en tus rulitos
con mis manos
con todo mi cuerpo
Tocando tu piel, descubriéndote debajo de la remerita negra
y también debajo de la calcita dibujada.
Pero antes vos me descubrís a mí
agarrando este picaporte que no abre ninguna puerta
más que la del deseo incendiario de llevarte a un telo
de la calle Trejo
y hacer que Córdoba sea una sola llama
que sólo se apaga con la saliva
de tu boca
de tus besos
y que vuelva a prenderse fuego con la fricción
de nuestras pieles ardientes
más calientes que la mierda
Pero la pelotuda de tu amiga volvió
el novio de ella se fue
y no te puede ver feliz.
Te dice "gordi, vamos"
y vos querés seguir abriendo esa puerta mágica
y yo quiero descubrir qué hay abajo de esa calza dibujada
Y la boluda te agarra del brazo
y me soltás.
Me mordés el labio de abajo con fuerza
me metés la lengua en la boca
y te vas.
Y yo me quedo con mi picaporte ardiente.
Llamen a los bomberos.
Ya no tomo más soda.
Campari.
Absolut.
Whiskies.
Birras.
Fernet.
Vinos.
Y la concha del ternero.
Me quedo en la barra con un video de Almafuerte.
De Radiohead.
De los Red Hot.
Y nada sabe como esos besos de víbora envenenada.
Nada suena como la sopapa de tus labios sedientos.
Voy a hacer de cuenta que voy con tus rulitos
con tus ojitos delineados
con tus calcitas dibujadas.
Y vos, ¿qué mirás, gil ocote?
La miro a ella, no a vos.

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