martes, 15 de mayo de 2012

La tormenta se agazapa...


La tormenta se agazapa en el ocaso de una tarde de plomo, tarde en la que la soledad y los mates me invitan a pensar pelotudeces en un día lleno de paja. Los alfajores Jorgito y el gusto amargo de la yerba caliente son un orgasmo en mi paladar.
Y, como siempre, la música condimenta lo más carnal de mi introspección. Pearl Jam, John Lennon, Estelares, Massacre, The Cult y Janis Joplin van y vienen en viajes lisérgicos por las fibras ópticas de mi mente.
El cielo se nubla con una frazada inmensa de cenizas frías, y pienso en tus ojos de caleidoscopio nocturno y en el perfume de tu piel como una playa abandonada. Sentir tu respiración en el silencio inerte de noche, en la tensión de una tarde de lluvias por explotar. El jugueteo de nuestros pies perdidos bajo las sábanas, nuestros labios tratando de reconocerse entre sí, anagnórisis de pieles y sabores. Morder tu boca despacito, la ternura de tus labios como una fruta madura. Abrazarnos así-juntitos-encajamos-en-nuestros-abrazos-así-tal-para-cual como un rompecabezas perfecto, místico, inconmensurable, así son nuestros abrazos.
Amo la perfecta imperfección.
Celebro tu nombre y tu locura por sobre todos los atardeceres.
Celebro tu voz y tu piel por sobre todas las lluvias.
Nunca vas a ser costumbre.
La libertad es con vos.

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