lunes, 2 de julio de 2012

Alguien en la casa...



Alguien en la casa tiene el secreto para desvelarme, para hacerme perder el sueño entre libros apilados, discos rayados, pulóveres y frascos de desodorantes vacíos. Y no sos vos, tampoco yo, quien se filtra entre el humo de los cigarrillos y el gusto de tus besos en medio de los mates y de cuadraditos de chocolate. Alguien en la casa me lleva por peatonales desiertas, por una cañada de aguas oscuras, por plazas de faroles naranjas y paradas de colectivos fantasmas. Hay alguien en la casa que me trae el perfume de tu piel entre los abrazos desnudos o de lanas, bufandas y capuchas; esos abrazos cómplices de nuestras bocas que están ahí, al acecho por buscarse, explorarse y morderse entre jadeos y sonrisas en la oscuridad. Pero ese alguien no se atreve a llenarme la casa de olvido, de ventadas empañadas por polvillos y cenizas de las horas muertas de la desesperanza, sino que habita en el placer puro y primitivo de nuestros cuerpos frente a frente, del instante universal donde dos seres conviven uno en el otro cuando se convocan por la fricción mística de nuestros sexos y...
Alguien habita la casa.




2 comentarios:

  1. Me gusta mucho tu estilo, loco. Gracias por regalarnos lo que escribis!
    Abrazo

    ResponderEliminar
  2. Gracias!! Por leer y por la buena onda! Abrazo!

    ResponderEliminar