En Uruguay los perros no me ladran. La Paloma y la playa eterna hacia La Pedrera me traen las curvas de tu espalda con sal. La imponencia del mar se funde con los pies del cielo, y un arco iris abraza al sol en el medio dia de la bahia chica. El puerto ronca canciones de cuna susurradas por las almejas. En los bares las sonrisas y la Pilsen me llevan a transitar locos montes de eucaliptus y pinos baniados por la nueva luna perfumada. Cada noche la bolsa de dormir me traslada a tu cuerpo de ensenada, de canoa recostada en la arena. Y te sonrio en la mitad de la noche salada.
Los personajes de estas historias son ustedes con sus nombres y sus calles. Respirarán el olor de la noche, alientos viciados y cigarrillos pisoteados. Estas historias hablan de una ciudad destrozada y de amores que no nos pertenecen. Acá hay rock y ausencia de dios. Los límites entre la realidad y el delirio se viven con sudor. Estas historias son fruto del derrape, de la soledad, del insomnio.
sábado, 19 de enero de 2013
En Uruguay los perros no me ladran...
En Uruguay los perros no me ladran. La Paloma y la playa eterna hacia La Pedrera me traen las curvas de tu espalda con sal. La imponencia del mar se funde con los pies del cielo, y un arco iris abraza al sol en el medio dia de la bahia chica. El puerto ronca canciones de cuna susurradas por las almejas. En los bares las sonrisas y la Pilsen me llevan a transitar locos montes de eucaliptus y pinos baniados por la nueva luna perfumada. Cada noche la bolsa de dormir me traslada a tu cuerpo de ensenada, de canoa recostada en la arena. Y te sonrio en la mitad de la noche salada.
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me alegra que el paisito te haya dejado recuerdos dulces.. con sabor a sal
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