¿Cómo hacer
para perdonar lo que no se tiene que perdonar, aunque suene muy a Arjona?
Eso que
apuñala mi sueño y le da vida a mi insomnio es lo que un día elevó mis pasos y
me llevó por Lo Sublime. No hay nada que perdonar, aunque la redención sea el
fin de todo. Te devolvería las lluvias en cartones de chocolates y los
chocolates en lluvias. Te entregaría un Cosmos perfecto para
vos y nadie más, y te saludaría hasta dentro de mucho, mucho tiempo. Mi
redención personal y para con vos sería entregarte La Felicidad y desaparecer.
Sabés que mi
amor tiene el aroma de la lluvia.
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