miércoles, 8 de febrero de 2012

¿Cómo salir a la calle sin traicionarme...


¿Cómo salir a la calle sin traicionarme, sin traicionar lo que me subyace?
Mi cuerpo se transforma en una masa viscosa y crujiente al respirar el frío gris de la ciudad y el egoísmo de sus paredes solitarias.
La incomprensión nos gobierna. Estamos en la dictadura de la ignorancia infame y de la indiferencia idiota. Hay distancias abismales entre nuestros ojos ausentes. Palpita el aliento seco que pervive entre las palabras y las cosas ya sin sentido. Pero no suenan estas palabras muertas ya, que designan el futuro impostergable de las cosas.
¿Cómo salir a la calle sin traicionarme, sin traicionar lo que me subyace?
Siento con dolor insoportable que mi esencia chorrea a borbotones La absurdidad de los espacios interiores sella por fin el ocaso de una tangible agonía. El sin sentido de las calles desemboca en la sequedad de mi alma polvorienta vacía ya de roja esencia, néctar de una rebelión interior y contagiosa.
Basta seguir caminando por las avenidas vacías y solas en busca de alguien con quién compartir aquello que me permita seguir sin traicionarme.
Sin traicionar aquello que me subyace.

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