miércoles, 8 de febrero de 2012

Suena un blues...


Suena un blues, reflejo de mi alma y de tu cielo. La melancolía abraza entre ausencias, soledades e indiferencias.
Suena un blues y te busco entre las páginas de una biblioteca polvorienta. La slide-guitar llora y se lamenta como una llovizna nocturna, aún si el cielo está estrellado. Y te veo caminar descalza y cubierta de nubes, como una Venus de Botticelli doméstica y etérea.
El blues salta en mi puto reproductor y en mis libros llenos de polvo por fin te encuentro. Sacudo las hojas para olerte y subo el volumen para que me susurres. Y miro las pinturas en mi pared, y recorro nuevamente mi biblioteca, y vuelvo a poner de nuevo el mismo tema.
Estás, estás en todos lados.
Me recuesto, miro el techo, agarro el celular para mirar la hora y sólo veo mensajes tuyos.
El blues de mierda se pone cada vez más llorón y el disco salta como loco. Apago la compactera y actualizo el Facebook para ver si estás. Le pego una chupada al mate y está frío. Lo escupo afuera.
Me siento nuevamente en esa sillita de mi patio, ahora en silencio, y busco una señal que me permita olvidarme de vos. Veo el mate apoyado en el piso. En mis manos está la tierra de mis libros. Me fui de la pieza porque el disco estaba rayado.
Es imposible. Estás en todos lados.

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