Los personajes de estas historias son ustedes con sus nombres y sus calles. Respirarán el olor de la noche, alientos viciados y cigarrillos pisoteados. Estas historias hablan de una ciudad destrozada y de amores que no nos pertenecen. Acá hay rock y ausencia de dios. Los límites entre la realidad y el delirio se viven con sudor. Estas historias son fruto del derrape, de la soledad, del insomnio.
martes, 7 de febrero de 2012
No puedo cortar el hilo que aún me ata a vos...
No puedo cortar el hilo que aún me ata a vos. Tendría que enterrar mis discos, quemar mis libros y borrar las calles. Tendría que derribar mis paredes, huir a una ciudad desconocida. No puedo dejarte ir, aunque sé que ya estás arriba y muy lejos. No quiero. Tampoco puedo pedirte que seas la mujer de mi vida porque, primero, tenés que ser la mujer de la tuya.
No me atrevo a desterrar mis días de los tuyos, nuestras lluvias y nuestras noches. Ahora entiendo esa canción que dice "las cosas más triviales se vuelven fundamentales".
La ciudad sin vos es un termo roto, un paquete de yerba vacío. La nostalgia es la parte lluviosa de la belleza.
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