viernes, 2 de marzo de 2012

Meto las marchas y enciendo un cigarrillo...


Meto las marchas y enciendo un cigarrillo
mientras en el stereo suena el disco
L.A. Woman, de The Doors.
El viento golpea mi cara y vos, reclinada,
con tus piernas hermosas sobre el tablero.
Algunos bichos se pegan en el parabrisas
y las cenizas de los puchos vuelan
por todo el auto.
Sólo se oye el rugido
del motor V8 de la chevy
y el tema "Love her madly".
Me subo los Ray-Ban a la frente
y te acaricio una pierna que tu
pollera enrollada deja al descubierto.
La ruta está tranquila y sólo pasan
algunos camiones viejos.
La chevy es como una alfombra mágica
volando por encima del desierto.
Algunos alacranes y serpientes
crujen debajo de las anchas ruedas
mientras el sol del atardecer
encandila el paisaje.
El perfume de tu porro es mil veces
mejor que el de esos pinitos pedorros,
y tus labios de vino tinto me convocan
a emborracharme
o a que me la chupes.
Sin que te diga nada, hacés las dos cosas.
Pelás esa petaca de bourbon
y me desprendés el Levi's con la boca.
The Doors es la banda de sonido
del pete perfecto.
"Come on, come on, come on,
now touch me baby..."
La tengo más dura que la palanca de cambios,
y mi mano derecha recorre el desierto
de tu pelos embravecidos,
de tu espalda misteriosa,
de tus piernas amenazantes
y de tu concha caníbal.
Lejos quedó la gran ciudad
con su ruido y con sus baches.
Buscamos un destino incierto
en cada kilómetro de ruta abandonada,
en cada petaca de bourbon
y en cada mamada inesperada.

N. del A.: El tema "Touch me", de The Doors, no figura en el álbum L.A. Woman sino en el disco The soft parade, pero sí o sí tenía que estar en el poema.

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