"¿Quién va a afinar ahora tus piernas, nena, en Mi Mayor?"

"¿Quién va afinar ahora tus piernas, nena, en MI Mayor?" Frío en Córdoba, la ciudad en la que abundan los baches y los colectiveros, los cybers y los inspectores municipales. Y la noche entra con un frío tímido y el agüita en el pasto. Noches como esta me llevan a tus besos con gusto a mate y almendritas de Ferrero Rocher. La nostalgia es la parte lluviosa de la belleza. Y el blues resuena en una covacha fría como esos flash-backs que uno no controla e invaden las paredes blancas con proyecciones psicodélicas y narcóticas de nuestra propia mente. Blancas son las noches, como esta, en las que te comería los labios mientras mis manos te inventan en cada caricia recorriendo tus piernas, tu espalda y tu cuello, y todo alrededor se convierte en un gran recital de Pink Floyd. Pero suena Ole Blando! y el "Blues de Vos" me tira de los pelos de la nuca mientras el bajo y el flanger y el delay de la viola se convierten en una aurora boreal sonora. Y chupo otro mate amargo, o un vaso de vino, y a esa letra podría haberla escrito yo si tus piernas de algarrobo se hubiesen ido por otras profundidades, en otras noches, en otras veredas, en otros taxis. Pero este bosque de postes y cables en el que vivo me sugiere baches, distorsión y noches desveladas. Y ese blues que no para de sonar.