martes, 6 de marzo de 2012

Las mochilas, las bolsas de dormir...



Las mochilas, las bolsas de dormir,
o de culiar,
vos y yo
tirados en la arena de esta playa
dorada e infinita
como tu espalda.
En el MP3 suena Calle 13:
"...dame la mano y vamos 
a darle la vuelta al mundo..."
Y así llegamos para dejar, luego,
otra polaroid brillante en nuestros ojos.
Vos, tu pelo de gato negro y tu pareo blanco
son una epifanía en este desierto de oro y sal.
El mar me sugiere la claridad y la profundidad
de tus ojos de jade.
Los mates y los libros desparramados
como vos con tu culito lleno de arena
y esa sonrisa de molusco.
El silencio sólo es cortado por el viento
y por unos besos de snack
con sabor a Pacífico.
Atardece y las gaviotas vuelan
formando figuras psicodélicas
de ayahuasca y porros
en la playa abandonada.
Y despacio
me meto adentro tuyo
como el cangrejo en la arena,
como las almejas en la tibia humedad de la costa,
y así vos y yo nos confundimos 
con el agua y la sal
que arde y que da vida y placer.
Y en nuestro oleaje interno 
lleno de peces de colores
nadamos uno en el otro
saboreando espumas
y brisas lejanas.
La tarde nos hizo el amor
con complicidad secreta.
Vos recostada con tu culito lleno de arena,
con tu pelo suelto y tus ojitos de jade
clavados en la inmensidad de la tarde roja.
Yo con los ojos en mis libros
y en tu cuerpo de acuario enarenado
flameo entre las olas y el guano
de esas gaviotas de mierda.
La noche nos pega un guiño.
Dormiremos uno adentro del otro
en nuestras bolsas de dormir
o de culiar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario