lunes, 12 de marzo de 2012

Lluvia y mates, blues y tragos apurados...



Lluvia y mates, blues y tragos apurados,
mal curados.
Y esa necesidad inerte
de dormir y despertar adentro tuyo
sintiendo las aguas turbulentas
de tu río más profundo.
La moral y las buenas costumbres,
los diez mandamientos,
y la poronga de mármol
que gobierna nuestras mentes
me dicen que no,
que debo dejar de seguir
el fantasma de tu inteligencia,
de tus discos y tus libros,
de tu boca de albondiguita con salsa
y de tu cuerpo luminoso e inabarcable
como mil kilómetros de Cordilleras.
No soy esclavo de un dios que no existe;
Voy a beberte y a comerte
en cada gota de lluvia,
en cada centímetro
de los cuerpos muertos
del deseo.

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