martes, 15 de mayo de 2012

Sólo espero que llueva...


Sólo espero que llueva.
La noche se puso perfume, se ató el pelo y salió, así, sin bañarse, y me agarró de la mano para ir a pasear por una cañada oscura, por peatonales de posguerra y por bares de cervezas urgentes.
Quizá piensen que soy un loquito por caminar solo bajo las oscuras luces de la ciudad de los baches, pero es algo que me sedujo desde siempre y hace tiempo que lo llevo como forma de vida.
El kiosco del Charly siempre me recibe con sus Philip y el mini Bic de la suerte. El trago amistoso en el bar de Juampi, los abrazos y el recuento de las últimas anécdotas. Borracheras extraviadas, mesas como confesionarios, y amores que son como botellas vacías. Cañadas de cocaína y choritos en moto. Peatonales de basureros. Avenidas de taxis y remises sin unificar.
Sólo espero que llueva.
Camino solo por el centro de una ciudad con anestesia local.
Pétalos es mi búnker, mi trinchera. La cerveza negra y las charlas entremezcladas con videos de Audioslave y de Todos Tus Muertos. La gentileza, el calor y las mochilas de protones siempre están listas para cazar fantasmas.
Con el pucho encendido en la vereda veo una peli de Buñuel en Súper 8, o la misma calle que es un delirio surrealista.
Solo espero que llueva.
Los bares que cierran, los telos. Los puestos de diario roncan con olor a Papel Prensa.
La ciudad está cubierta de nubes naranjas. No cae una puta gota. Camino solo porque no estás, sino caminaría con vos. Pero cuando dejo de caminar vuelvo a mi cueva y acaricio un poco mi guitarra. El afinador y los mates me traen acordes olvidados. El perfume de la yerba me trae tus besos de ojos cerrados y tu piel de playita abandonada. Pero no quiero pensar tanto en vos. Por eso quiero que llueva, para dejar la guitarra, apagar la luz y poner Pink Floyd.
Y sé que te voy a extrañar igual en mi cueva sin vos y sin tu risa, pero con lluvia la imperfección es perfecta.
Sólo espero que llueva.


1 comentario:

  1. vos sabés que recién te empiezo a leer y me hiciste acordar a algo tan precioso,y que no sé dónde quedó. me hacés acordar a esos años dirigidos por el deseo inmenso de encontrar alguien por quien pagar todo y con quien declarar la existencia del amor (el encuentro compulsivo magnético misterioso), exclusivamente entre rockanroll y literatura, puchos y alcohol, y noche -por sobre todas las cosas noche, tan hermosa la noche, abriendo amorosa siempre a posibilidades incalculables.yo encontré el amor muchas veces en esa época; me hice un rulo con cuerpos adorados fumando y chupando a más no poder, escuchando al palo la música que siempre selló todo; fui feliz de ese modo torturado en que se es feliz en las conversaciones eternas sobre lo que no se alcanza.
    después no sé bien qué pasó, algo cambió en mí, se me agotó, se desencantó, no sé.
    - después conocí al amor de nuevo, de otra forma, como lo necesitaba -tranquilo, opuesto a mí; un bálsamo que permite vivir (más), como no lo permitía lo otro.
    ahora extraño el rockanroll.

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